domingo, 9 de diciembre de 2012

Oda a la muerte (Parte I).

Este es un poema de encargo, más bien, la primera parte de un poema de encargo. Oda a un sentimiento nunca sentido: el duelo.




Elegía
Aquí me tienes, rendido y desecho,
Precisamente en el lugar que querías,
Sabías, maldita, que se golpe hecho,
Tocaba el nervio que más dolía.
Glotona muerte, hacedora de horrores
¿Por qué debía ella pagar por mis errores?

No te bastó con el enorme sufrimiento
Que me ocasionó su larga agonía,
Decidiste exponenciar el desaliento
Sin reparar en daños ni felonías.
Fétida muerte, reina de los espantos
¿Por qué le hiciste agostarse tanto?

Hasta el último hálito fue tuyo,
Eclipsaste su su gracia, su magia su alegría
Dejaste solo ese tremuloso zurullo
Y estas rabiosas ganas de escribir una elegía.
Bastarda muerte, por eso te detesto,
¿Qué tenía ella que ver con esto?

2 de diciembre 2012.

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