jueves, 29 de diciembre de 2011

Se seguía pareciendo tanto a la doctora que tanto amé

Hace un tiempo coincidí en un empleo con una mujer extraordinaria, que me enamoró de todas las formas posibles (desde luego, no fue recíproco), no recuerdo que me haya pasado lo mismo antes o después. Quizá no haya una forma de medir la intensidad de un amor, salvo contanto el número de estupideces que se hacen. Y por esta mujer, las cometí de todos los colores, sabores, olores y formas.

Recuerdo muy bien la primera vez que la vi (sí, parece una mentira empalagosa, pero así fue), ella estaba esperando que le entrevistaran justamente frente a mi escritorio, e intuí, de alguna extraña forma, que esa mujer menuda, blanca, pelo negro liso y de aspecto triste, me dejaría cicatrices. Luego, todo se dio tan fácil, nos hicimos amigos en dos minutos, empezamos a ser cómplices de cositas sencillas y de historias inventadas. Al final, me enamoró, despiadadamente.

El tiempo hizo su trabajo y nos sepasó, nunca supo a ciencia cierta, por que nunca se lo dije, lo que sentía por ella. Sólo le entregué el poema que hoy posteo.

Según supe, ella se fue a USA, yo maché mi pasaporte con varios sellos de República Dominicana. Un mal día, tras hacer una interminable cola en un banco, la volví a encontrar. Nos citamos para almorzar el fin de semana siguiente. Y se seguía pareciendo a la doctora que tanto amé. Incluso, se veía mucho más hermosa con su nuevo rol maternal. Podría decirse que si faltaba una forma de enamorarme, esa tarde la consiguió.

Y pensar que de ella no tengo ni siquiera una fotografía, sólo esto:

Mi Wendy


Wendy sueña un sueño de ensueño

acostumbradita a sentirse en el cielo,

sonrisa amplia, camanance en el seño,

pan y vino, leche y miel, seda y terciopelo.


Wendy ciencia exacta, duda, teorema,

afición, doctrina, catecismo, costumbre,

motín de impulsos, rimas de poesía,

calor, espectro, haz de luz azul, lumbre.


Wendy melodía, canto de sirenas, serenata,

coartada, universo, espejismo de si misma,

rumba, merengue, tango, bachata.


Wendy multivitaminas, bálsamo, panacea,

fasto, glamour, garbo, malicia, carisma,

ojos como luceros, labios con jalea.


Wendy pachanga, baile de máscaras, fiesta,

escapulario, proteína, lema, sofisma,

Wendy, la batuta de mi orquesta.


Wendy se enfada con la aguja minutera.

porque nunca gira a su conveniencia,

Wendy utopía, ilusión, sino, quimera,

ying yang, mi mundillo, excelencia.


Wendy gatita de alfombra, perrito guía,

religión, logia, solsticio, estética, secta,

reina de corazones, fábrica de fantasías,

my number one, unique, dos veces perfecta.


Wendy boato, turquesa, consentimiento,

tabú, Sagitario, tutela, flan de chocolate,

más santa que el Santo Sacramento.


Wendy lima limón, canela, manzanilla,

modelo de pasarela, maniquí de escaparate,

benditas las doctorcitas que se apellidan Bonilla.


Wendy médica y visitadora, y viceversa,

escaramuza, marimorena, combate,

Wendy, el verso que mejor se versa.




Poema escrito el 2 de enero de 2004

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los lobos no deben ser tan malos.

Se preguntarán por qué un activo defensor de los derechos de los animales sale con esto: vilipendia a los lobos. Yo, cuando terminé de escribir este poema, me pregunté lo mismo. ¿Qué ha hecho el lobo (Canis lupus) para que sea el malo de los cuentos? Feo no es, tampoco es voraz, más bien son tímidos y rehuyen al contacto con el hombre. ¿Se comen nuestras ovejas? También nosotros nos las comemos, y, por lo general, le tenemos más miedo a un lobo que a un hombre-carnívoro-come-ovejas.

Sería interesante saber por qué los humanos hemos satanizado a la figura del lobo, anejándole regularmente el adjetivo "feroz". Incluso en la Biblia representan a los falsos profetas.

¿Qué ha hecho ese pobre animal para que le tengamos tanta aversión? ¿O es simplemente miedo?

Bueno, a lo que me traje, el poema.


Debe tener un extraño privilegio ser lobo


En mi hemisferio son más largas las noches,

en mi continente son más amargas las esperas,

mi espectáculo está repleto de miradas como reproches,

los labios son de concreto y las uñas son fieras.


Todos mis caminos llevan a direcciones desconocidas,

en todas mis primaveras nieva sin piedad,

la dicha es una chatarra que no cruza mis avenidas,

en este hogar, triste hogar, no anida la felicidad.


Debe tener un extraño privilegio ser lobo,

porque aparece en los créditos de todos los cuentos,

debe ser útil hacer daño, vivir del robo,

debe dar beneficios no tener sentimientos.


Debe gustarle a las chicas que seamos canalla,

debe dar resultado usar filfas, engaños y emboscadas,

mentir, ser vulgar, mezquino, pasarse de la raya,

porque a mi, ser como soy, no me ha dado nada.


Yo soy ese que pierdo todos los partidos,

en mis banquetes nunca falta el pelo en la sopa,

a mi buzón sólo llegan las postales del olvido,

y sólo al borde del abismo, tengo viento en popa.


Por mi casa no pasa el camión de la basura,

mis poemas cada vez más parecen historias de terror,

a mi piel no la roza, ni por casualidad, la ternura,

este cuerpo que mantengo no conoce el amor.


Debe tener un extraño privilegio ser lobo,

porque aparece en los créditos de todos los cuentos,

debe ser útil hacer daño, vivir del robo,

debe dar beneficios no tener sentimientos.


Debe gustarle a las chicas que parezcamos canalla,

debe dar resultado usar filfas, engaños y emboscadas,

mentir, ser vulgar, mezquino, pasarse de la raya,

porque a mi, ser como soy, no me ha dado nada.





Escrito el 15 de octubre de 2005. Este es sólo uno de los dos poemas que pude escribir cuando viví en el Caribe, en otra entrada explico por qué fue tan cutre mi inspiración en esa bella isla.