jueves, 21 de mayo de 2009

11 años no son nada

Recuerdo muy bien cuando y cómo escribí este poema. Estaba en la medianía de mi carrera, lideando con las estadísticas y los mercadeos internacionales (cómo me ayudaría ahora recordarme más de aquello), cuando de golpe, una ráfaga de inspiración me atacó y salió este poema. Es fue hace 11 años.

Puede que no sea una obra de arte de la poesía universal, sin embargo, a este puñado de letras, les tengo un cariño especial, no puedo negar que es uno de mis poemas favoritos.

Tu mapa.

Roja desventura,
tus labios, que se hacen puros cuando provocan,
siempre dicen “no” cuando besan;
que por cuerdos hacen que pierda la cabeza
por probar un poco de su locura.
Apuesto que el mismo diablo vive en tu boca.

Capricho milagroso,
tu lunar, que prodigiosamente decora tu mejilla
perla negra, centro del universo,
no hay en el mundo un exacto verso
que describa el compás divino y gracioso
de tal celestial maravilla.

Dime, guapa,
¿Cómo escapar ileso del laberinto de tu mapa?


Azabache y frenesí,
tu cabello -petulante, sobrio, ajeno-
del cual brotan cataratas sedosas
de delirios perfumados por las rosas
más angelicales de tu jardín
Rozo tu pelo y me siento lleno.

Perfecta sinfonía,
tu voz, que huye de tu risa de Princesa
delicada e inalcanzable como tal
con la misma fragilidad de un cristal,
causante de mis más profundas alegrías.
dime cualquier cosa, pero dímelo con la voz de la belleza.


Dime, guapa
¿Cómo escapar ileso del laberinto de tu mapa?

Brillo de luceros,
tus ojos, como dos perfectas estrellas,
iluminan todo cuanto miran
con el calor fogoso de una pira
desparraman luz sobre los senderos,
dos obras de arte que te hacen tan bella.

Perfección,
tu ser, tan ambiguamente impredecible,
un torrente interminable de virtudes,
que apaciguan todas mis vicisitudes,
que vuelve cotidiano lo imposible,
que me tiene en marcha el corazón.

Dime, guapa
¿Cómo escapar ileso del laberinto de tu mapa?


30-12-98